El proyecto
¿Y a nosotras quien nos cuida? es un proyecto que nace de la necesidad de visibilizar y denunciar la vulneración de derechos y las condiciones de precariedad laboral que sufren las mujeres migrantes cuidadoras de personas mayores en un contexto social que infravalora el trabajo de curas y deshumaniza a las personas migrantes, especialmente si se encuentran en situación administrativa irregular.
La finalidad del proyecto es sensibilizar a la población de Palma sobre la importancia del trabajo de cuidados y de la necesidad de garantizar los derechos humanos de todas las personas, desde una perspectiva decolonial y de género. Para ello, se realizará una pieza audiovisual que recogerá los testimonios de mujeres migrantes cuidadoras de personas mayores, y se realizará una campaña para movilizar a la población de Palma en la defensa de sus derechos fundamentales.

dignificar la vida de las trabajadoras esenciales
El trabajo de cuidados ha sido históricamente asumido por las mujeres, y se ha visto invisibilizado, desvalorizado y no reconocido como lo que es; un trabajo imprescindible para sostener la vida y, como tal, una pieza clave en el desarrollo humano. Muchas de las mujeres que ejercen como cuidadoras en contextos de economía informal, lo hacen en unas condiciones de extrema precariedad, especialmente si hablamos de mujeres migrantes que no tienen reconocida su ciudadanía o se encuentran en situación administrativa irregular.
La OIT en el análisis sobre el trabajo laboral aseguraba que “las economías dependen de los cuidados para sobrevivir y desarrollarse”. Sin embargo, el actual modelo de desarrollo hegemónico impone una manera de entender el progreso humano desde unas lógicas capitalistas que desprecian este trabajo. Además, es un sector que se ha mercantilizado especialmente con la contratación de mujeres migrantes, ya sea contratadas de manera regular o irregular, con la intención de dar respuesta a las necesidades que plantean los nuevos escenarios sociodemográficos (envejecimiento poblacional e incorporación de la mujer al mercado de trabajo, fundamentalmente) y a las limitaciones de los Estados Europeos para dar respuesta a estas necesidades (Nogueira y Zalakain, 2015).
Un gran porcentaje de las mujeres que ejercen este trabajo son mujeres migrantes, por lo que hay que tener en cuenta la triple vulnerabilidad que muchas de ellas sufren, por su condición de mujer-migrante-en situación administrativa irregular, situación a la cual las aboca el propio Estado, que tiene como consecuencia directa su exclusión del mercado laboral formal y las aleja de su plena inclusión dentro de la sociedad mallorquina.
Por este motivo, se plantea la necesidad de dar visibilidad al papel que juegan las mujeres migrantes en el cuidado de la gente mayor, para poner los cuidados de la vida y los derechos de las mujeres como un tema prioritario en nuestra agenda social, además de ayudar a promover la reflexión colectiva y defender políticas públicas que dignifiquen las condiciones de vida de estas trabajadoras esenciales.